MI AGRADECIMIENTO

Queridos amigos:

Una vez finalizados los actos de nuestro VI Encuentro y cuando las sensaciones y emociones que provocó se van aplacando, quiero expresaros mis sentimientos al dejar el cargo de Presidente de la AVEEV.

Cuando hace ya siete años se me ocurrió abrir un blog en el que rendir homenaje a la mejor unidad del Ejército Español, en la que tuve el honor de servir, la Compañía de esquiadores Escaladores de Viella, no tenía ni idea de que iba a tener la acogida que tuvo ni que iba a provocar  una reacción en los veteranos de aquella Unidad como la provocada.

Hoy, siete años después, nuestra Asociación es una realidad y da continuidad al espíritu de Viella: la Compañía de esquiadores Escaladores, sus valores y sus enseñanzas siguen vivos.

Pero esto no sería así sin el material humano que lo hace posible: los veteranos de aquella inigualable y entrañable Unidad.

Sí, amigos, todo esto ha sido y es posible gracias a vosotros.

Para mí ha sido un orgullo dirigir nuestra comunidad durante estos seis años y no quiero dejar el cargo sin agradeceros todo lo que me habéis dado.

Vuestro respeto, vuestros ánimos, vuestra dedicación, vuestra amistad… todo eso ha hecho que el desempeño de mis cometidos haya sido agradable y generosamente recompensado.

Muchas gracias a todos y por todo.

Un fuerte abrazo.

Carlos del Campo.

Un comentario en “MI AGRADECIMIENTO

  1. Querido amigo Carlos, han pasado tantos días desde que debí haber escrito estas palabras, que perfectamente puedes considerarme un ingrato, pues ingrato es quien se olvida de todo aquello bueno que recibió.

    Recuerdo perfectamente aquella imprevista llamada, en el mes de agosto de 2008, en la que además de hacerme recordar nuestros meses pasados juntos en la Cia. E.E. de Viella, me hablabas de la creación de un blog en el que todos los que quisieran plasmaran los sentimientos que experimentaron durante su paso por la que tú, llevado por el amor a la misma, has definido como: “probablemente la mejor unidad del Ejército Español”.

    Muchos fueron los que poco a poco iban apareciendo y manifestando opiniones que tú, con una discreción absoluta ibas suavizando si se trataba de denigrar a alguien, pues no era esa la finalidad que tú buscabas, sino todo lo contrario: la unidad. Allí estabas tú limando asperezas y tratando de evitar críticas y murmuraciones.

    Luego surgieron los Encuentros que cada año se fueron perfeccionando y evidenciaban el compañerismo reinante entre todos los asistentes. En ellos el recuerdo a todos los que por desgracia habían sido reclamados por Dios para más elevadas tareas.

    No todo eran alegrías y facilidades y ello no impedía que desde muy lejos, desde tu destino en Melilla, sacaras tiempo para que todo se solventara con buen talante y con autoridad cuando fuera preciso. Necesitaste también grandes dosis de comprensión ante problemas sobrevenidos y pareceres distintos.

    Tal vez has comprobado en algún momento la soledad del cargo, y sentiría no haberme dado cuenta de ello para haberte acompañado, al menos desde la distancia, con mis palabras.

    Pero ahora es el momento de agradecerte la entrega que durante estos años como Presidente has demostrado. Has vivido con ilusión todos estos años, no podrás negarme que has sacrificado no sólo tu tiempo, sino también el de tu familia. Pero es que en Viella aprendimos mucho sobre ese “hacer sagrado” que es el sacrificio.

    Comienzas ahora una nueva etapa en la AVEEV; una nueva junta ha tomado el relevo en tu gestión y estoy seguro de que seguirán tus pasos con la misma dedicación que tú has empeñado. Se alcanzarán nuevos retos y deseo que poco a poco se incrementen nuevos veteranos a la Asociación. Pero una cosa tengo muy clara: tú, serás siempre el fundador de la AVEEV, y por todo lo que la misma despertó de nuevo en mi persona, siento la obligación de decirte: ¡MUCHAS GRACIAS CARLOS!

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