Pino, un volunta de Madrid (1982-84)

Cómo y porqué acabó Pino de volunta en Viella

 

Yo sé que todos habéis sufrido también mucho, y que no tenéis especial interés en aguantar la brasa más de lo necesario. Pero como me he decidido a contaros mis batallitas, ahí van, lo queráis o no. Sólo he de advertiros que todo parecido con la realidad, es parecido con la realidad, y que si me apretáis mucho, lo negaré todo, y hasta rehusaré a hablar sin la presencia de mi abogado.

 

I El Pinito Verde

 

A nadie he contado esto antes con los detalles que ahora os daré. Cuando era natural que lo hiciera, estaba demasiado atontado para hacerlo. Después de pasar el trago, estaba seguro de que a nadie le interesaba. Y ahora os lo cuento a vosotros, amigos y camaradas que ya estáis muy lejos, o que nunca he conocido. No podría explicaros por qué cuento cosas que no he dicho a nadie antes, y no quiero pensarlo demasiado. Cada uno de vosotros sabrá entender por qué publico mis intimidades a “perfectos desconocidos”.

Pues veréis. Yo quería ser militar. Pero de carrera, ¿eh? Vamos, que ni sargento, ni capitán ni nada, yo iba para general.

El caso es que el asunto no me preocupaba demasiado, pues pensaba que lo más natural es que yo terminase cuando “fuese mayor” de general, o mariscal de campo… Así que con la inocencia propia de los niños, decidí un día que quería ser soldado. Bueno, mi padre me dijo que había que estudiar mucho para eso, y además ser un tío disciplinado, todo lo contrario de lo que –a juicio de mi padre- yo era. Y como yo era –y sigo siendo- muy cabezón, me propuse demostrar al hacedor de mis días que podía ser todo lo contrario de lo que él pensaba. Todo iba razonablemente bien, me preocupaba por hacer el mínimo esfuerzo para sacar buenas notas, y si cateaba alguna, pues el viejo me apretaba las tuercas y yo espabilaba para poder disfrutar de esas vacaciones de verano de tres meses que ya no volverán.

Conocí entonces a una muchacha. Ahora, ya de vuelta abajo se hace difícil entender que un mocoso de 14  viese a una mocosa de 14 como a una mujer y no una niña, pero ¿qué os voy a contar? Lo único que sé es que un día, nos besamos. Nos habíamos besado antes muchas veces, pero aquél día fue distinto. Yo sé que todos habéis experimentado eso en algún momento de vuestra vida, así que ¿es necesario describiros esa sensación de querer morirte de amor? Yo la sentí ese día, y supe entonces que podrían sacarme la piel a tiras sin proferir una queja si así lo quería ella.

Y un día ella pensó que por lo que a su persona tocaba, ya me sacaran la piel a tiras, a cuadros, o a juliana,  ya me podía ir con viento fresco.

Para entonces, ya me había convertido en un pájaro de cuenta, y mientras mis antiguos compañeros de clase seguían dando el callo en el colegio, yo había decidido que era mayor. Y obrando en consecuencia, me dedicaba con fruición a hacer todo lo que no debiera haber hecho.

Tres años en la vida de un adulto, no es nada, pero en la de un adolescente es mucho. Sólo os diré que cuanto más gordas las montaba, que cuanto más hombre me creía, más recordaba ese beso, y más desgraciado me sentía. Y así llegué a los 18. Debía entonces aprobar la selectividad y presentarme a Zaragoza. Pero no tenía prisa. Si no era a los 18, bien podía ser a los 19. Pero el caso es que ya estaba al caer el llamamiento a quinta. Yo me sentía más desgraciado que un perro apaleado, y más desamparado que un conejo por San Huberto. No podía quitarme de los labios el sabor de ese maldito beso, y temía que me llamasen a hacer la mili al Cuartel General del Aire, a 50 m de mi casa, con pase de pernocta indefinido garantizado, con 250 guardias garantizadas, y otros tantos días de depresión asegurados. Yo no quería eso. Pero tampoco estaba preparado para ir a Zaragoza. Pensé entonces en alistarme a la legión (“soy un hombre a quien la suerteeee…”) Pero para qué os voy a engañar, pese a estar decidido a “dar la nota” en mi familia, la legión me parecía un poco vulgar (vale, lo siento, es lo que pensaba).

Conocí la Cia por un amigo que por aquí anda, y entonces me dio la ventolera, y resolví que a Viella me iba.

Pero me parece que eso corresponde a la siguiente batallita, quizá mañana o pasado os la cuente, por que aún queda mucho por contar, ¿eh?..

II Una excursión a Viella

No creáis que me resultó sencillo dar con la manera de alistarme. Por un lado, mi padre me hizo saber que si insistía en mi empeño, él no podría evitarlo, pues yo ya era mayor de edad, pero que me olvidase de ninguna clase de ayuda, pues estaba convencido que esa no era una buena decisión y no quería contribuir en el fiasco (a cuenta de eso, me tiré media mili fumando celtas, hojas de roble, de fresno, de gorra… o nada. La exigua paga y las caridades esporádicas de algún hermano o de mi madre, no daban para más). Por otra parte, mi amigo Pepe -a la sazón en Viella- en las pocas ocasiones que tuvimos de hablar, opinaba como el hacedor de mis días, y se negó a darme cualquier pista o indicación. Su único consejo fué: «Ni se te ocurra decir que me conoces». Por otra parte, ni entonces existía Internet, ni sabía yo quién podría decirme lo que hacer.

Y así las cosas, busqué en la guía el número de teléfono del cuartel, llamé, pregunté por el nombre del capitán y la dirección, y le escribí una carta diciéndole que me quería ir voluntario. Pasó bastante tiempo, ya creía que no me habían hecho caso, cuando me llegó una carta de Lérida. Por todo remite, tenía un sello que rezaba: «División de montaña Urgel nº 4- Cia Esquiadores Escaladores Paracaidistas» (esa fue la primera noticia que tuve de la condición de «paracaidista» de la Cia). Y al abrirla, en un corto párrafo firmado de puño y letra por Epi, se me citaba en los términos más educados para acudir a Viella con el fin de hacer unas pruebas de aptitud física.

Así que un día antes de la cita, me presenté en Viella, para tantear el terreno. A media tarde me acerqué al cuartel, y me las arreglé para entablar conversación con un grupo de soldados, que muy bien se adaptaban a la descripción de Gonzalo Collar (barbudos, vociferantes, de mirada fiera y uniforme desgalichado). Al enterarse de que yo era un volunta, empezó el pitorreo, y empezé a ser consciente de dónde me metía. Ahí conocí a un compañero de Collar, cuyo nombre prefiero omitir, que tenía peores trazas que el Fagin de Oliver Twist. El pícaro, al percatarse de que me encendía un cigarro con un Zippo, se me acercó con sonrisa melosa y atravesada: «Bonito mechero ¿me lo dejas ver?» Acepté con cierto recelo, que se convirtió en alarma cuando comprobé que se alejaba dando risotadas y diciéndome que me lo devolvería cuando me incorporase al cuartel. Me dispuse a salir tras él, pero algunos me contuvieron, diciéndome que no era un tipo con para tener reyertas, y que no me preocupase, que al día siguiente me lo entregarían ellos. Ni qué decir tiene que esa fue la última vez que vi a mi querido Zippo -a veces hay justicia en este mundo, y esa pérdida fue recompensada con el hallazgo de otro mechero igual que encontré poco antes de licenciarme detrás de las cuadras… sólo que este último estaba grabado con la palabra «Kiko». Kiko, nunca supe quién eras, pero si me lees, aún lo conservo-.

Alguien, me llevó a presencia del oficial de guardia, quien me recibió amablemente y me ofreció quedarme a cenar y a dormir. Acepté la cena, pero no me atreví a pasar la noche entre tanta fiera. Y así, lleno de dudas y pesadumbre, me dispuse a pasar la noche en la plaza del ayuntamiento, sobre un frío banco de piedra. ¡Qué noche! Más acongojado que nunca por mis cuitas, lleno de incertidumbre por lo que el futuro me deparaba, afligido por el conflicto familiar, y aterido por la noche aranesa, creo que nunca antes llegué a verme más sólo y desamparado, y en más de una ocasión estuve decidio a mandar todo al garete y poner pies en polvorosa sin para hasta llegar a Madrid.

Pero el caso es que con la luz del día, recobré animos, y entré en el cuartel sin tenerlas aún todas conmigo. No se me dieron mal las pruebas físicas, hacía un día precioso, y no me encontré con Fagin, así que me casi me convencí de que todo me iba a ir bien. Volví a Madrid, y al cabo de algún tiempo, recibí otra carta firmada por el capitán:

«Con la presente me complace comunicarle que su instancia para ingresar como voluntario en esta Unidad, ha sido aprobada por el Excmo. Sr. Capitán General de esta egión, debiendo Vd. presentarse en esta Compañía el próximo día 11 de julio a fin de recoger el pasaporte y utesilios para incorporarse al CIR nº 9, el día 12 del mismo mes.»

Pocos recuerdos guardo de aquel segundo viaje Madrid-Viella-San Clemente, pero seguro que nada importante pasó, pues en la fecha convenida, ya estaba yo poniéndome el uniforme de «bulto» en el CIR sin mayores sobresaltos. Un par de anécdotas recuerdo de mi estancia en San Clemente, aunque para aquél entonces, yo no veía el día de jurar bandera y entrar en Viella con los ánimos del legionario de la canción. Creo que para entender mejor cómo se enfrentaba a la vida un volunta conejo, convendría extenderse en otro capítulo… que dejo para dentro de algún tiempo, si es que os parece bien, queridos.

 

III San Clemente de Sasebas

El periodo de instrucción en el CIR fue un episodio breve y bastante anodino, del que conservo pocos recuerdos. Ya ahí empezaron a mirarme como a un bicho raro… madrileño, volunta, y ¡aViella!. Nadie se metía conmigo, aunque a buen seguro, la mayoría dudaba de mi salud mental.

Me llamó la atención los enormes comedores, y esa comida a granel en cantidades de proporciones bíblicas, pero tan apetecible como la carne de pescuezo. Ahí tuve mi primer contacto con los “perolines”, con tanto gusto como el que vosotros mismos habéis sentido avasallados de una montaña de vajilla mugrienta que nunca parecía menguar, y rodeados por caudales de agua grasienta. Esos malditos perolines, para mi desventura, fueron una pesadilla de la que no me libré en Viella, como tendré ocasión de contaros.

No mucho más agradable resultaron los “servicios mecánicos”, servicios prestados con una escoba, un cubo y un recogedor. De no ser por el uniforme, poco nos diferenciaba de los barrenderos de mi ciudad.

Tuve ocasión también de comprobar cómo se arropaban los paisanos, especialmente gallegos, que a la hora de fajina formaban fila. Agrupados en grey por razón de procedencia se cuidaban de expulsar del clan a cualquier extraño –“Pssch, eh, esta fila es de los gallegos, largo de aquí”. Como yo no era gallego, de Madrid había muy pocos, y a mi eso del terruño a la hora de llenar la andorga o de fumarme un cigarro me traía sin cuidado, tuve que apañármelas como pude. A pesar de ello, hice buenas migas con los cántabros, pues para mi, la tierruca es muy especial, y casi me considero más cántabro que madrileño.

¡Y los de Barna (como ellos llaman a Barcelona)! Tengo que decir que eran gente simpática y en general agradable, pero no sé qué fijación tenían con las comparaciones, que al final llegó a hastiarme. Al principio, su curiosidad me divertía, pero llegó a hacerse insoportable: “Madrileño, ¿cuántos coches hay en Madrid?… pues en Barna hay… ¿y habitantes, eh, cuántos habitantes? Madrileño, es cierto que en Madrid nadie empieza a trabajar hasta las 10 de la mañana? Pues en Barna…”

Los fines de semana, muchos se iban a Rosas, a pasar el día en la playa, pero como yo estaba tieso como la mojama, me conformaba con un par de cervezas en el chiringuito. Y es que, por si no os lo había dicho, llegué a San Clemente en julio, y el calor combinado con la humedad de la cercana costa era tal, que no recuerdo haber sudado tanto en mi vida. Saltabas de la cama sudando, comías las “monchetas” aderezadas con tu propio sudor, que resbalaba incontenible desde tu frente a la nariz y al plato, y te metías en la piltra sudando como un pollo.

Bueno, pues así fueron pasando los días, entre sudores, perolines, escobas, y alguna marcha por el campo. Lo mejor de estas marchas, era el descanso con el bocata de salchichón, amenizado por el estampido de los cantineros del bar-móvil, que abrían las botellas de cocacola como una ametralladora, con la sola ayuda de un mechero con el que apalancaban la chapa.

Faltaba ya poco para jurar bandera, cuando los cabos instructores de mi compañía me propusieron quedarme: “Madrileño, se te da bien la instrucción y con ese vozarrón que tienes, harías muy buen cabo instructor. Aquí vivirías a cuerpo de rey, así que si tú quieres…” No ocultaré que por un momento me sentí tentado, pero sólo fue un momento. No había venido desde Madrid para terminar apurando botellines en ese secarral. Así que agradeciendo el ofrecimiento, les dije que no tenía vocación de pistolo, y que a Viella me iba. Juré bandera, y mientras mis compañeros rompían filas e iban a hacerse la foto con los familiares y a tomarse la gamba con gabardina y la cervecita, yo lié el petate, me despedí de San Clemente, y me subí al autobús que me llevó hasta Torrelavega. A las 3 de la mañana me puse a “hacer dedo” para llegar a Campoo, donde pasaría mi semanita de permiso antes de incorporarme a la Compañía de Esquiadores Escaladores. Y eso lo dejo para la siguiente entrega, donde veréis con qué velocidad pasmosa un soldado de Viella podía ser arrestado antes de su primera fajina.

 

IV De los arrestos

 

En fin, llegamos a Viella. Después del aviso de mi excursión previa al Valle, y después de haberme quitado “el pelo de la dehesa” en San Clemente, yo me sentía con la suficiente soltura como para afrontar mis primeros días en la Compañía con un mínimo de dignidad. Así que empezaron a distribuirnos, darnos material, asignarnos camaretas… y como no me temblaba la mano al saludar, y pegaba unos taconazos más que aceptables, los veteranos prefirieron dirigir sus desaforadas ganas de liberación (tras 6 meses de conejos) hacia otros compañeros que parecían más vulnerables. Empecé a sentirme bastante cómodo, pensaba que tenía controlada la situación. Cuando a los que íbamos terminando de dejar nuestro petate en la camareta nos mandaron esperar un rato antes de formar delante de la nave de dormitorios, no dudé en prender un cigarrillo y aprovechar ese ratito de relajo antes de lo que se nos viniese encima. Y tras apurar las últimas caladas, con un rápido movimiento de dedo corazón, mandé la moribunda colilla al suelo de grava a unos metros de distancia, donde quedó dando sus últimas boqueadas. En ese momento, se abrió la ventana de lo que más tarde supe era la habitación de “primeros”, al tiempo que un individuo paliducho, de peso mosca, voz desentonada y chillona, que sacaba medio cuerpo desgarbado por el vano, me decía: “Conejo, apúntate 4 días”. Era el primero Pavía. He de decir que ese primer arresto en Viella, fue el más merecido de todos los que detrás vinieron. Nada debería objetar contra la sanción, que desde el primer momento comprendí merecida, y que hoy, con mucho años a mi espalda aún considero benevolente comparada con el puro que metería a los marranos que creen que la calle es un basurero. Hubiese querido la buena fortuna que Pavía comprendiese mi arrepentimiento y pesar, pero al contrario, creo que el citado decidió desde ese mismo momento “adoptarme” como muñeco de terapia contra qué se yo qué problemas. Vamos, que durante los siguientes 5 meses, fui distinguido por la “predilección” de Pavía, que no dejaba pasar la mínima ocasión para hacerme ver que no era más que un volunta madrileño que debía ser castigado por ser eso mismo. No fue el único comprometido en tal empeño, pero sí uno de los que con más ahínco se dedicaron a tal afán. Luego supe que debía su condición de cabo primero a una postrera decisión de reengancharse, y al cabo del tiempo, comprendí en el espejo de Ferreras (otro primero reenganchado que fue conejo mío, con las mismas trazas que su antecesor) lo que entonces se me escapaba. Amigo Pavía, mala vida me diste, pero estás perdonado.

Y llegado este momento, me parece oportuno aclarar un poco eso que he dicho otras veces de que soy el soldado con más arrestos de Viella. Bueno, no lo sé a ciencia cierta, pero reto a cualquiera que quiera disputarme ese “honor” a que me demuestre lo contrario. No sé exactamente cuántos días estuve arrestado, pero calculo que no menos del 50 % del total de días de milicia. Nunca sufrí un arresto mayor de 4 días, que yo recuerde. Pero esos “miniarrestos” me caían con insistencia inaudita y descorazaonadora. Buena parte de ellos me cayeron de soldado conejo, por todas las causa imaginables consustanciales a la condición conejil, y aún alguna seguramente inédita antes de mi llegada a la Compañía:

Por tirar colillas, por llevar las botas sucias, por ponerme las Kamet, (las “tres hebillas” estaban rotas), por ponerme las “tres hebillas” (las Kamet estaban rotas), por tener el uniforme sucio, por tener el uniforme descolorido (tras un enérgico lavado), por tener un botón descosido, por no presentar en revista parte del equipo (que lo estaba usando un veterano), por formar en diana en una de las dos últimas filas, por no quitarme la gorra en cubierto, por no ponerme la gorra en descubierto, por saludar sin gorra, por ponerme la gorra o la boina en la hombrera, por ponerme la boina cuando debía llevar gorra, por ponerme gorra cuando debía llevar boina, por no saludar, por saludar con la muñeca torcida, por cuadrarme con palmada y taconazo, por cuadrarme sin taconazo, por no ir a la carrera en el patio, por llevar el pelo largo, por no estar perfectamente afeitado, por tener la taquilla revuelta, por tener pelusa en la camareta, por tener una arruga en la cama, por tener muchas arrugas en la cama, por tumbarte en la cama fuera del periodo silencio-diana, por no estar tumbado entre silencio y diana (a pesar de estar en comisión de servicio encargada por los veteranos), por dormirme durante las clases teóricas, por hablar durante las clases teóricas, por no terminar el trabajo de arresto a tiempo, por terminarlo demasiado pronto, por tardar en dar novedades estando de cuartelero (estando en la última punta de la nave), por anunciar al oficial de semana cuando éste quería entrar de extranjis… y en fin, muchos otros motivos más.

Pero el mayor número de arrestos, me cayó siendo ya cabo. Para abreviar , os diré que la causa de la inmensa mayoría de ellos fue la misma que las mencionadas anteriormente, aunque esta vez ya no era yo quien incurría en la falta. Estando de servicio de armas (guardia y retén) 15 días al mes, todas esas faltas cometidas por cualquier soldado eran susceptibles de ser endosadas (y en mi caso lo eran) al cabo de guardia o cuartel, así que ya os podéis imaginar.

Leyendo esto, podéis creer que yo era una especie de mezcla entre Mister Bean, Cantinflas y Abundio… pero ¿qué puedo decir en mi defensa? La verdad es que no era precisamente torpe, ni holgazán, ni desastrado. Creo que no se trataba más que de una nueva manifestación de mi proverbial capacidad para atraer desaguisados, (similar a la atracción que los coches recién lavados ejercen sobre la lluvia) junto con mi incapacidad para pasar desapercibido (mantener un perfil bajo, dirían los cursis). Bueno, en realidad, no quería pasar desapercibido, aunque eso tendré que explicarlo en otro momento. A esto habría que añadir el “Factor Simón”.

Yo estaba en la 2ª compañía, al mando del tte Franco. Me llevaba bien con mi teniente, pero a los pocos meses de mi llegada, se marchó a hacer no sé qué curso, de manera que los de “la segunda” nos vimos huérfanos hasta que llegó Gamboa mucho después. Quizá si Franco hubiese permanecido más tiempo en Viella, otro gallo me hubiese cantado, pero… así son las cosas. Ya de cabo, no sé cómo se enteró Simón de que yo tenía buena mano con el dibujo, así que me adoptó como protegido para sacar adelante el RES y el cartelón de cantina con las caricaturas y demás monigotes. Gracias al RES pasé la mayor parte de mis arrestos dibujando cómodamente en la biblioteca, cosa que siempre agradeceré a Cristóbal. Aunque como contrapartida, a buen seguro me llevé más de un día arrestado “por la patilla”, pues el cartelón debía salir todas las semanas, y si yo no lo hacía, pues no se hacía. Como cuando me tuvo 4 días para dibujar a una Inmaculada. Yo nunca antes había dibujado a una Virgen, y cuando vio Simón mi primer boceto, se indignó: “Pino, eso no es una Virgen, tiene cara de golfa”. Y hasta que no saqué una Inmaculada Concepción admisible, no tuve un solo rato libre. Al final, la Virgen en cuestión me salió feísima y con expresión tonta, pero al menos no tenía cara de Pamela Anderson.

En la última festividad de la Patrona, me regaló una metopa con una placa: “El RES a Francisco Pino”. La conservo con mucho cariño, y a pesar de los “abusos” de Simón, creo que salí ganado. La ausencia de Franco hizo que la 2ª se resintiera en cuanto a promociones a cabos y primeros –mientras las otras secciones se veían favorecidas- y en otos aspectos similares. Así que Simón fue lo más parecido que tuve a “mi teniente”, y en más de una ocasión me salvó de un puro. Creo que me apreciaba, igual que yo a él.

Por otra parte, los arrestos de cabo, liberado de servicios mecánicos eran bastante llevaderos. Durante el “curso de la leña” había días casi te daban ganas de ir voluntariamente para liarte a dar mamporros a los tarugos, con aquellas hachas legionarias de mango de hierro. Si el cabo era medianamente espabilado, no faltaba nunca vino Roqueta a discreción que trasegar entre hachazo y hachazo. Bastante más desagradables resultaban el “curso de la hoja” o el “curso del hielo y nieve”. Bien mirado, en aquellos tiempos no había personal de servicio para hacer esas tareas, y si no hubiese sido por los arrestados, no hubiera habido forma de vivir en el cuartel. Dicho de otra forma: había que arrestar por “imperativo legal”, o todas esas tareas no se hacían.

Podría extenderme mucho más hablando de los arrestos -que de todos los colores vi- y de los arrestados –que mucho me enseñaron-, pero creo que por hoy es suficiente. Además, no todo fueron arrestos en Viella, y si tenéis ánimo y paciencia, aún tengo que contaros alguna cosa más de la vida de un volunta.

 

 

 

 

 

 

 

 


87 comentarios en “Pino, un volunta de Madrid (1982-84)

  1. Bueno,bueno…que sorpresa haber encontrado este forum…yo entre en Viella en julio del 83 y sali en febrero del 85, por lo tanto era un volunta o maquina que se le llamaba. Me llamo Jaime Colls , aoy de Palamos ( Girona)y fui tambien cabo primero,…Recuerdo al tte Franco, al sargento Ontiveros, al brrigada Rueda,al tte Gamboa que llego alli siendo yo llaga,al teniente Farre, al tte. Alba,al capitan Sanz y como no al tte Santamaria…entre otros….recuerdo camaradas como Salvado, Susin, Werbing,que fue volunta como yo…en fin ,Risquez,Pena, que era de Burgos, Cortel,con estos dos fuimos a los campeonatos militares de Candanchu…y sabeis que paso?…pues que entre Pena(no tengo la enye en el teclado) y yo ,tuvimos que «arrastrar»y cargar al tte . Franco los ultimos kilometros de la pajara que habia pillado!!!…en fin…las supervivencias…las maniobras de invierno que nos pillo el famoso temporal de nieve arriba del collado del port de Ratera…..la ascension al Aneto en 3 horas 15 minutos desde el refugio , pasando por el portillon superior…en fin….alguien de los mencionados recuerda todo esto?….Saludos a todos los que entrais aqui. Pino me he partido el culo leyendo tus historias.

    1. Saludos Colls, yo fui conejo tuyo en la tercera y recuerdo que eras una máquina tirando.Me alegro que hayas encontrado esta página.Que tiempos verdad?.Espero que todo te vaya bien y te deseo Feliz Navidad.Un abrazo y un taconazo Jaume.

    2. ¡Hombre, Jaume Coll! Perdona por no haber contestado antes. Me acuerdo bien de ti, majete. Y en especial de mis últimas «patrullas» divisonarias. Recordarás que «los pistolos» nos la jugaron bien, primero eligieron el «campo», que era el Pla de Beret, llanito, como les gustaba, más cuando ya se sabían la jugada y se trajeron esquíes de fondo bien encerados. A nosotros, entre la enorme desventaja de ir con los de travesía y focas, y el desánimo consecuente a la impotencia, nos dieron una buena soba (con trampas, claro). Tú fuiste el único que salvó un poco la cara. Estabas en una forma excepcional, y yo ya estaba excepcionalmente socarrado después de casi dos años de mili. Un abrazo, amigo.

    3. hola jaume,yo entre en julio del 83 como tu,pero sali en el 84,sali de los primeros xque me case estando alli,y me acuerdo de muchas batallas,entre en tropa con la 1ªseccion con el teniente franco,
      y me sacaban de tropa para pintar,entre otras cosas,,la compañia donde dormiamos,el piso del teniente santamaria,y mas cosas,me juntaba mucho con garcia pareja,(cabo de banda),guerrero jover,(el carpanta),

  2. Pino, ¿y con el chivo no tienes ninguna historia ?, por que tio me lo estoy pasando bomba con tu paso por la Cia.

    De todas maneras ya sabes : Aqui la mas principal……….

    Un abrazo, hermano

    1. Pepe, gracias, amigo. Nunca nos conocimos en Viella hasta hace 3 años, pero ya ves, algo tiene el Valle que hace amigos. De las cabras tengo alguna anécdota, aunque ya se han escrito aquí antes, como su afición por las colillas, y en los monolitos, cigarrillos enteros.

      Si me sacudo la pereza algún día de estos, seguiré contando cosas. Ojalá podamos vernos este año, un abrazo.

  3. Buen rato me has hecho pasar,escribes de forma muy alegre y sincera……muy entretenido…..mister Bean,Cantinflas,Abundio….genial!…desde luego…decision y caracter despues de leer tu «vida» tanto en c.i.r como en la cia.no te faltaba….Un saludo!

  4. hola que tal, he visto muchas fotos y e llegado a la conclusion que pase 14 meses escondido, en el cuartel sin salir, jajajajajaja.sin ser volunta pase 14 meses maravillosos en viella.

  5. Buffff! por un momento leí en tu blog de fotos; que las encontrastes después de……..»la última merluza» en vez de mudanza. De todas maneras me alegro de verlas.

    En la que estás con la Montesa por mucho que acelerabas, no arrancaba. Verdad? Bueno ya te dejo (de momento) y saludos de ya sabes quién y de la 1ª por supuesto.

  6. Pino, la fiesta Toga yo no recuerdo que fuera por un motivo especial, el
    caso es que nos pegamos unas risas y el remate final en la camareta de
    los primeros fue de traca. Como dice Miguel Angel cuando queraís nos tomamos esas cañitas o lo que se tercie. El tema de las fotos heleido por
    algún lugar que las perdiste ¿no? . Hay alma de cantaro.
    Un fuerte abrazo para todos.

  7. Veamos….mucha «mili», siempre pensé que robabas demasiado protagonismo a todos. Verdad starlet de los Pirineos? Cada vez que veías una Kodak, ahí que te apuntabas. No tienes alguna foto por tu paso por la Cia? Me sorprendería que fuese así.

    Hablaré con Luís Derecho y Miguel Angel Fdez. para que nos juntemos para tomar unas cañitas o una partida al mus. Te avisaré.

    Un fuerte abrazo y no te olvides que de la 1ª………………..sssssima.

  8. Hola!

    Soy Pablo Roca de 1º del 81, el episodio de la granada lo recuerdo perfectamente, ya que yo estaba presente en dicha clase. Fue como sigue:

    Un teniente (no me acuerdo su nombre) Nos estaban explicando los tipos de granadas (ofensiva, defensiva), sus partes, etc y va el teniente y coge una granada Expal defensiva y saca la anilla y sigue su charla, al momento los de las primeras filas avisan .. «sale humo, sale humo …» el teniente ni corto ni perezoso coge la granada y va hacia la puerta con la granada en la mano gritando «CUERPO A TIERRA». A su lado estaba el cabo primero que le abre la puerta.

    Como bien deciis había fuera una compañía formada y al no poder tirarla fuera ambos se vuelven hacia la esquina y el teniente se pone la granada en el pecho y EXPLOSION.

    Nos caen en la cabeza trozos de fluorescente, un zumbido en los oidos que te cagas, un olor a carne quemada que aún recuerdo como si fuera hoy. Salidos todos aturdidos sin tener los cojones de mirar a la esquina y a la gente que se había allí congregado. ¿Pero que coño ha pasado? abortagados nos quedamos.

    A la gente de nuestra compañía a raíz del incidente no queríamos hacer prácticas de granada y al final quedamos excluidos en el CIR de hacerlas. Recuerdo la jura de bandera, que cuando desfilabamos casi llorando de rabia, se lo dedicamos a nuestros mandos que sufrieron esta desgracia.

    Al teniente en el desfile de las fuerzas armadas de ese mismo año 1981 le condecoró el rey. Al final perdió las dos manos y le tuvieron que hacer injertos en el cólon, lo que le pasó al cabo 1ª pues la verdad que lo lo llegué a saber.

    Vaya momento .. uf.

    Saludos,

    Pablo Roca

  9. No te falta razón….Nieto al que ahora «veo» la cara y me recuerda a Paco Rabal en los Santos Inocentes no es el susodicho.
    El de las lajartijas y demás criaturas del averno era Cayero Román…
    Un abrazo, LUIS.

    Nota las «elitres» pues son los elegidos entre los invertebrados voladores…no ??

  10. Querido Luis, Nieto era, efectivamente, nacido de la tierra. Había que saber cómo manejarle, y a mi no se me daba mal (ya se sabe, entre brutos…) No pongo en duda que hubiese tragado lagartijas, sapos, saltamontes y cualquier otra cosa. Pero creo que te confundes. El que afirmaba que los grillos sabían a coñac y los saltamontes a Calisai no era nieto. Me acuerdo bien de la situación, pero no era Nieto.
    P.D. son élitros, una modificación del exoesqueleto queratinoso en forma de alas, propia de muchos invertebrados. Las mariquitas, las cucarachas, los ciervos volantes… vuelan gracias a sus élitros.

  11. Nieto, efectivamente, pero creo que estaba en la 3ª sección..de hecho era de mi patrulla, sino recuerdo mal.
    Este personaje de oficio pastor en la tierra de conquistadores se apostó 500 lustrosas pesetas con el resto del pelotón a que se comía una lagartija viva…dicho y hecho…-( luego hubo que hacer una cuestación)- antes se había trajinado ante nuestro asombro de «homo urbanus» que eramos una langosta (un saltamontes grande eh ??) al que había sacado antes las alas más exteriores (elitres ???) porque comentaba que sino lo hacía se le pegaban a la garganta…
    O tempora nobis….Saludos, LUIS.

  12. Hola compañeros, o deberia decir antiguos compañeros, lo cierto es que pesar de los años que ya han pasado aún me acuerdo de algunos, es mas en ocasiones he hechado de menos a varios de vosotros, pino, Marco Antonio lahoz peiffer, los dos guerra de mi camareta, matesanz, noriega,soba,nieto el extremeño, mas bruto que un arao, el teniente franco el sargento Ontiveros, el sargento segura, el brigada,un subteniente, etc.etc.

  13. Ya ya lo sé….entro menos de lo que quisiera y cuando lo hago es ya cuando el «mono» aprieta…lo reconozco…
    Sabes que Viella, la compañía EE.EE, esa experiencia que tuvimos se graba a fuego y no se olvida ni el sitio, ni las personas, ni las vivencias nunca…
    Me gustaría conocer fechas de esas quedadas en Madrid ya que voy allí a menudo; de entrada estaré entre el 14 y 19 de Diciembre…si me invitáis en el caso de que alguna kedada tenga fecha y me coincida me encantaría…
    Abrazos, LUIS.

  14. Luis, mira que te cuesta entrar…
    Sí, pero a Basilio lo que más le gustaba era el tabaco. Se comía los cigarrillos apagados o encendidos, le daba igual, y era casi lo único capaz de mantenerle entretenido mientras duraba el monolito.

  15. …Y Basilio se llamaba el macho cabrío que sacábamos a desfilar engalanado los días señalados…
    Todo un ejemplo de omnívoro…de todo se trajinaba el animalillo.
    Abrazos mil, Luis.

  16. Sí, Ontiveros fue tu sargento, y antes que él Anadón. Medina no era sargento, era el conejo granaíno más salao y más púa de todos los esquiadores. Bueno, a ver si te pasas por la pg de la 2ª sección y nos rellenas algún nombre.
    Un abrazo, gamberro.

  17. Leído tú mensaje, te diré que suelo pasearme por el pueblo de El Espinar
    (Segovia) y en algún momento pasaré a tomar esas birritas……………
    sin alcohol.

    Ontiveros, fué Sargento en nuestro paso por la Cia.? Medina creo que
    también en la 83/84. Si no es así, me apunto dos. Hasta la próxima.

    1. hola excompañeros,soy del 83-84,me llamaban hernandez,o el alicantino,yo estaba con el teniente franco y el sargento trujillo,dos maquinas,un saludo a todos

  18. Glangel, me he ido a 30 kms, y trabajo al lado de El Escorial. Un día te pasas y avasallamos unas cuantas cañas.

  19. Pino, como se nota que tú si sabes de esto. No recordaba yo a Hércules,
    digamos que Torete era el reserva. Mucha mili; si señorrrrrrrrr.

    Sigues residiendo en el foro? Fuerte abrazo Miguel de la Cruz.

  20. Hola Pino:
    La informatica no es lo mio.
    Solo aprendo aquello que me sirve para el trabajo.
    Pero si el problema de un abuelo es que le pagen una cerveza con gusto te la pagaré el día de la reunión.
    Mientras tanto recibe un cordial saludo de una yaga a un abuelo.

  21. Querido Medina, lo que mejor recuerdo son lugares y eso es en buena parte, porque he vuelto a esos sitios cientos de veces… en el mapa. Con el dedo sobre el plano 1:25000 he ido repitiendo año tras año nuestras hazañas.
    Efectivamente, en la maniobras de Coll de Nargó vivaqueamos en un campo de almendros. Creo que volvimos a hacerlo antes del collado de Santa Fe, esta vez con una buena hoguera, aunque no estoy nada seguro. Tras encontrarnos con la gente que venía de la Seo, vuelta atrás.
    El campamento lo teníamos entre el pueblo de Boixols y Montanissel, y el río infecto creo que era el Culles. Teníamos que progresar de Montanissel a Organyá defendiendo el flanco de la sierra se San Juan (¿recuerdas esos inacabables cortados calizos que llevábamos a nuestra izquierda?) Cuando subíamos al collado de Santa fe, la aviación nos hacía tirarnos al suelo y escondernos.
    Bueno, amigo, seguiremos recordando.

  22. Hola Pino:Las maniobras famosas se hicieron en Tremp y sus alrededores, es lo unico que se del lugar.
    No tengo tamta memoria como tu… Pero si tu dices que fue en Coll de Nargo, será cierto. Por lo que estoy leyendo tuyo veo que tienes buena memoria. Para que te sirva de recuerdo te dire que mañana lunes vamos a esquiar a sierra nevada. No se si te acuerdas que en estas maniobras hicimos una marcha nocturna, la cual se alargo en la fila y en la noche…
    Para ponerte un poco la cara boba te dire que aqui en Granada hacemos una subida al Mulhacen nocturna.
    Hemos realizado una subida con luna y otra sin luna. ya te contaré con mas detalle…
    Si os animais podemos organizar una para agosto…

  23. Medina, cierto casi en todo… yo me salvé, y a pesar de haber bebido el agua putrefacta, me quedé más fresco que una rosa. Maniobras de Coll de Nargó, si te repasas los comentarios de la página de Luis Peláez o Marco Lahoz, verás que todos recordamos esas maniobras divisonarias. Lo de la orla me parece una idea buenísima, y de hecho, ya andamos Marco (él más que yo) detrás de ello. Ns faltan ya menos nombres, así que con tu ayuda lo vamos a tener casi hecho. Un abrazo.

  24. Hola Pino: Soy Medina.
    La foto Nº 18 en la que estamos delante de la tienda, está realizada en unas maniobras que hicimos en Tremp con varios cuarteles que habian subido desde Lérida, (fue en la que nos pusimos malos por beber agua que no estaba depurada, ya que nosotros cogíamos agua de los rios).

    Las fotos del túnel son de unas maniobras que se hicieron en el mes de septiembre, aquéllas en las que tiramos con el mauser, y en la línea de tiro estaba el teniente Gamboa.

    Me acuerdo de las caras de los compañeros , pero me cuesta ponerles un nombre. Y también a algunos nombres me cuesta adjudicarles cara.
    Animo a todos los compañeros para que cuelgen sus fotos y recompongamos el rompecabezas.
    Hay que intentar hacer una orla de cada promoción con el nombre debajo de cada foto. Foto de aquella época y no de la actual.

  25. Hola PINO hace tiempo que puse una foto en la que tu estas,la anuncie en mi pagina por si entravas, pero creo que no la as visto solo se ve la cabeza que ya es algo,la foto es una selebracion en la CIA.Intenta verla y ya mediras, un fuerte abrazo PINO

  26. ¡¡Hay Jose de la Torre!!. Si un año y medio te parece mucho, entonces los demas presidentes se han eternizado por los siglos. (Sobre todo Gonzalez, je je je)
    Lo del año más largo del siglo supongo que es por que estabais en Viella ¿No?. Pues, Ajo y agua ja ja ja.

    Un saludo (eterno) compañero.

  27. José Luis, «ESTÁS EMPANAO». ¡¡Así que efímera la presidencia de Calvo Sotelo!!. Creo recordar que fue del 25 de febrero de 1981, hasta dos meses despues del 27 de octubre de 1982. Y justo en medio de este tiempo, está ¡¡EL AÑO MÁS LARGO QUE VIERON LOS SIGLOS!!.
    Diselo tu Gonzalo, que este conejo no se entera.
    TU SI QUE ERES EFÍMERO.
    Saludos legionarios, y un abrazo para «el brasas».

  28. Apreciado amigo Pino: Seguir tus aventuras se está convirtiendo en algo totalmente fascinante, con la magia de tu prosa estás convirtiendo el relato en una especie de tentación sugestiva capaz de producir síndrome de abstinencia.
    Convertirse en hechicero de las palabras te va a llevar a una ingente tarea a la que no dudo te podrá aportar su humor y su filosofía tu amigo Gonzalo, me estoy refiriendo a que si tal como comentó en su momento Carlos – que también tendrá que contribuir – se hiciera un libro sobre “otra visión de la legión blanca” tú ibas a tener todas las papeletas para escribirlo, además seguro que sería un éxito. Ves pensando en ello y pidiendo las aportaciones necesarias.
    Espero ansioso el siguiente capítulo.
    Un abrazo

  29. Tranqui amigo Pino que yo no recuerdo los dias que pase arrestado pero si en lugar de volunta del cir lo hubiera sido como tu seguro que empatamos.

  30. No sé si tirarme al metro, a la taquillera, o mandaros una maldición gitana, ¡me mueeera, los conejos payos!

  31. Vaya no había leído el mensaje de Luis Pelaez, si al final va a resultar que soy el segundo más arrestado de Viella ja ja ja.
    No puede ser Gonzalo, en Viella menos de dos días, no me lo creo, es casi imposible. Casi no me creo tus dos días Je je je.

  32. Que poco dura la alegría en la casa del pobre, 1:51 minutos exactamente, desde mi comentario hasta el de Gonzalo. Este record a sido tan efímero como la presidencia de Leopoldo Calvo Sotelo, je je je.

  33. Pues no me lo explico, pero yo me las arreglé con 2 días 2. Mira que tengo una pinta que llama la atención, por lo que me era imposible pasar desapercibido. Como yo era fusilero de a pie, me tenía que haber despachado con unos 20 o 30 días como mínimo, que es lo que le caía a los de mi alrededor sin hacer méritos. Cierto es que fui un tío serio y disciplinado (o me veían tan marao que les daba pena).

    Mi arresto fue como sigue: Se me había encomendado arreglar una valla de madera, pero me habían dado un martillo con el mango roto, y como así no se podía hacer nada, me fui a la carpintería a que me lo cambiaran. Cuando todavía no había explicado lo que pasaba, entró el bueno de Santamaría y al verme gritó ¿Y tú qué estás haciendo aquí? ¿Tocándote la baba, no? ¡Pues te apuntas dos días de arresto!

    Así que me los apunté y entré de guardia. Cuando terminé la jornada de retén ya no estaba en la lista de arrestados, así que nunca hice horas extras.

    Creo que sí, que debía darles pena.

  34. Vale, si, de acuerdito. No recordaba que estubiste en «el local destinado por la unidad para arrestos mayores» es decir, «el Palace Hotel» de la CIA durante un mes. je je je ¿Qué harías malaje?
    Sal…udos, Salao
    PD: Entonces si que soy el menos arrestado, ja ja ja.

  35. Me da un poco de vergüenza pero yo creo que estuve solo un par de veces arrestado- (unos 8 o 10 día en total)- por tardías incorporaciones después de permisos de fin de semana (viajes a Galicia en una ocasión y en otra a Francia a visitar a mis abuelos en Limoges…); por cierto en este último viaje al pasar la frontera en Bossost de regreso se dieron cuenta que era soldado y gracias a que el G. Civil era amigo de Artigas y a que le conté alguna película que coló me dejó pasar…si no me hubiera incorporado aún….Abrazos a todos, LUIS.

  36. Pues Pino, si tu eres el que tiene el record de arrestos, segúramente yo tengo el record de menos arrestos de Viella, 22 días nada más y todos por bocachancla je je je.
    No creo que nadie tenga menios arrestos que yo ja ja ja. (Bueno si, nuestro presi, tiene una cara de bueno que no puede con ella.

    1. Hombre José Luis…, gracias por tu consideración pero si entras en mis recuerdos verás que hermosa «calva» lucí durante un tiempo y cómo disfruté del «alojamiento de lujo» del Cuerpo de Guardia durante un mes…

      Que el arresto fuera justo y proporcionado, ese es otro cantar…

      Saludos compañero.

  37. Un 50% del tiempo arrestado es mucho arresto, si señor…y es verdad que el arrestar era necesario para, aunque solo sea, mantener un poco de decoro en el cuartel…(hojas, nieve..etc).
    No sé quien era tu arrestador mayor, y si lo contarás o no…Pavía???; por aquí le defienden, yo creo que tenía un poco de mal café y estaba siempre a la contra..Ferreras era menos «peligroso»….y que conste que, como sabes, dormían juntos en la camareta de primeros y al menos mi relación con ellos era más bien escasa….Bueno, pues sigue porque eres de prosa amena y divertida…Un abrazo, LUIS.

  38. Poco a poco me voy poniendo al día…

    Te hiciste de rogar amigo Pino pero la espera ha merecido la pena. Espero las siguientes entregas.

    No te demores demasiado que la cosa está muy interesante.

  39. Pues si Jose, es posible que sea ese el episodio que me contaron, pero a mi me dijeron que fue un brigada y le reventaron las dos manos.

    Pero es evidente que el valor no se mide por ser esquiador, conocí algún esquiador bastante cobarde y algún pistolo con más valor que Atila.

    Venga os dejo que estoy currando je je je (o eso parece)

  40. Yo algo recuerdo, pero como dice De la Torre, y sin negar la veracidad del episodio aludido, si hubiese hecho caso a todos los macutazos que corrían… -muy gracioso era también el de la piscina «arrestada» porque alguien se ahogó. Pero ¿de dónde salían estas chorradas? Más que arrestada, debería estar en castillo, pues más de 14 días, ya sabéis. ¿También en San Clemente tenía el cabo de guardia que sacar un ratito de paseo a la piscina?

  41. José Luis, respecto a la información que pides, te comento:
    El día en que mi reemplazo juró bandera en San Cemente, se condecoró a un cabo 1º instructor (licenciado pero mantenia la graduación) por los siguientes hechos allí leidos:
    El año anterior, y durante la teórica de granadas en una de las aulas del C.I.R., suponiendo que no tenía el multiplicador en su interior, un teniente quitó el seguro al artefacto, para enseñar como se hacía. Dandose cuenta de la inminente explosión y sin tiempo material para desalojar el habitáculo, ordenó !!CUERPO A TIERRA¡¡.
    Mientras toda la compañía se tiraba bajo las mesas, el mencionado cabo 1º, le arrebató la granada al teniente y salió corriendo al exterior con intención de lanzarla lo más lejos posible, con la mala suerte que a esa hora estabán formadas varias unidades al rededor del aula. Viendo la imposibilidad de destruirla sin provocar una masacre, optó por entrar otra vez donde se había desarrollado la teórica y en la esquina de la habitación, detras de la puerta de entrada, SE ARROJÓ SOBRE ELLA PARA AMORTIGUAR CON SU CUERPO LA EXPLOSIÓN Y MINIMIZAR LAS CONSECUENCIAS INEVITABLES. EL TENIENTE SE AVALANZÓ SOBRE ÉL PARA RETIRARLE, Y EN ESE MOMENTO SE PRODUJO EL FATÍDICO HECHO. La actuación y el que no estubiera recubierta de metralla para su utilización defensiva, salvó la vida de varios soldados.
    El que por ser invierno fueran muy abrigados y en especial protegidos por el «tres cuartos», tubo como consecuencias la amputación de algun dedo de la mano del teniente y del brazo del cabo 1º.
    Como puedes ver, el hecho de ser pistolo no tiene relacción con el valor ni el volumen testicular. MAS HUEVOS QUE EL CABALLO DE ESPARTEROS TENIA EL 1º EN CUESTION.
    Respecto a la negligencia del oficial, SIN COMENTARIOS; PERO VALORANDO SU ACTUACIÓN.
    No sé si este será el caso por el que preguntas, pero desde luego no todos los días estallaban granadas en las aulas del C.I.R., y como sabrás, «RADIO MACUTO» distorsiona mucho la realidad.
    Un saludo legionario.

  42. Bueno Pino, la verdad es que yo los perolines en Viella no los toqué. Creo que solo entre en la cocina cuando ya era veterano para hacerme los bocatas de bacon y mortadela. Je je je

    Una cosa si te pediría a ti y a Pelaéz. ¿Recordais a un Brigada de la 3 compañia 1er. Batallón (en San Clemente) Creo recordar que se llamaba León , al que le reventó una granada de mano en una teórica?

    Por qué si no fué en vuestro reemplazo, tubo que ser en el anterior o posterior. Yo recuerdo haber oído el echo, pero como los mandos en San Clemente no eran precisamente amigos pues nadie me contó lo que había pasado y me quedé con la duda, a si que si vosotros lo sabéis y lo recordais podriais contarlo, ¿vale?

    Un saludo.

  43. Recuerdo Rosas exactamente al revés que tú, Paco (Pino), yo hice el campamento en invierno, por lo que sé qué es ese viento local llamado «tramuntana», y un permiso me escapé con un grupo y había nevado en Rosas…
    En San Climent no olvidaré al Sargento Rafael Pedro Dorado- alcohólico- que en un alarde de chusquería me arreó un soberano soplamocos por no llevar el paso…el estamento no permitía replicar esa acción como me hubiera pedido el cuerpo, pero era seguro un desgraciado;
    Recuerdo allí también un teniente en una clase de instrucción militar explicando qué era un misil a un variado auditorio…de todo había si señor, pero el hombre redujo la explicación a que era como una bomba pero mas «espabilada» porque sabía a donde ir…
    Un abrazo…LUIS.

  44. Amigo JL, en la próxima te cuento cómo se fregaban los perolines en Viella, después de que los cafres del 81 quemaran la cocina.

    PL, claro que hemos compartido rancho. Yo también tengo familia en Reinosa, aunque viendo tu foto no salgo de dudas… Sólo por el nombre hubiera jurado que eras mi amigo chiquitín, rubiasco y de ojos azules, en

    el tercero por la derecha, de la fila de sentados. ¿O ese era Fernández? Fernández también era el Soba (adivina de dónde era) creo que está en la misma foto, el primero por la derecha de los sentados. También recuerdo a «Corrales» -claro, era de los Corrales- grandón, moreno y cara de niño travieso.
    Roig… creo que también era de la Tierruca. Y Suárez, aunque no consigo ponerle la cara.
    Además de estos, me encontré con Primito, de Reinosa y algún campurriano más que llegaron de pistoletes a hacer el curso de esquí.
    Me encantaría ver alguna foto más, si tienes.
    Un abrazo.

  45. Lo estas bordando Pino, esto empieza a parecerse a «la Odisea» pero sin Penélope ni Telémaco.
    Sigue compañero, por favor, que el CIR si lo tenía medio olvidado, excepto los perolines que solo me tocó 1 vez (pero que vez, casi dan la cena y yo segía en perolas, je je je) y la cantina (yo tambien estaba tieso, pero la mojama a mi lado estaba tan blanda como la carne de solomillo 🙂 🙂 ).
    Espero la IV entrega con impaciencia, compañero (amigo)

  46. Hola Pino:
    Enhorabuena terminaras convirtiendo tu pagina en un autentico Best-Seller.
    Desconocia tus origenes por lo que estoy sorprendido de la cantidad de conincidencias que tenemos, soy natural de Torrelavega y una parte de mi familia es de Reinosa.
    Cuando llegaste a la compañia vinierón contigo dos más de Cantabria ¿no?.
    Si pasas tu ó cualquiera de vosotros por «La Tierruca» estaria encantado de compartir una buena mesa y recuerdos.
    Un fuerte taconazo.

  47. Pues JL, ahí va la tercera entrega, a ver si te sigue trayendo recuerdos.
    Luis, amigo, tú lo has querido.
    Gonzalo, yo sé que un conocedor de las virtudes del pacharán y de las taras del bípedo implume como tú, no puede cometer tal bajeza. Ni por un momento he dudado de ti. Ya ves, así somos «los Miserables».

  48. Querido Gonzalo, los Thenardier de ahora en España no regentan posadas de mala muerte, sino palacios con lujosos escaños y leones en la puerta, y los Fagin se visten con togas consulares. Ya ves, tu dossier puede ser más extenso que el convoluto de Guido Brunner, o el sumario de Luis Roldán.
    JL, pues ea, anímate. Y otro «paralelismo»: la Viriato fue mi hogar durante toda mi estancia en Viella.

  49. Si hubiese estado yo en el episodio ese, te habrías llevado tu mechero de vuelta a casa. El que te lo cambió de sitio se aprovechó, y abusó de su condición de veterano y eso de que alguien abuse, en cualquier circunstancia me saca de quicio.
    A mí me cambiaron de sitio un reloj, que no valía gran cosa, pero como siempre ocurre, significaba mucho para mí.

  50. No señor, no estaba en el episodio del Zippo, pero tal y como lo cuentas, me encaja hasta la última coma. A los voluntas nuevos sólo los ví de lejos, que bastante tenía yo con lo mío. Creo que estaban jalando por ahí, dando vueltas al cuartel o yo qué sé. Seguro que pensé algo cuando os ví, pero no me acuerdo. Supongo que sería algo así como ser o no ser …

    Fagin, the mastermind among the criminals, sólo Thenardier le iguala en bajeza y abyección. Cojonudo mote. Ahora mismo me vienen a la cabeza dos o tres tipos de los que veo todos los días a los que les puede ir bien. Me lo apunto en mi dossier.

  51. Bueno Pino, esperaremos ese tiempo (prudencial por supuesto) para leer el resto.
    Una cosa Pino, tu vida y la mia se asemejan bastante, la forma de entrar (y de salir) los rozes con los veteranos, las pruebas físicas, en fin un día de estos si me animo y vosotros lo quereis escribiré la mia. (Yo si me quedé a dormir en la compañía, solo, en la camareta Viriato)

  52. Luis, gracias por la paciencia de haberte leído el tostón, pero tú lo has querido, ahí va la 2ª parte (y amenazo con más).
    Por cierto, Gonzalo, ¿no estarías tú en el episodio del Zippo?

  53. Carlos, ya hablamos de eso en su momento, y lo que decidas me parece bien, igual que me pareció bien antes. Un abrazo… y un abrazo también para el brigada Mario (ya he vuelto loco a todo el mundo).

  54. Amigo Pino…

    He devuelto tus anécdotas a tu página de donde nunca debieron haber salido. Creo que a estas alturas, cualquiera que entre por aquí podrá apreciar que nadie tiene en su ánimo afán de ofender a nadie por lo que considero que reflejar el nombre del Brigada «Polla», nunca le ofendería.

    Devuelve a tus escritos su integridad y perdona que mi exceso de celo, los modificara.

    Un abrazo.

  55. ¡Horrillooooo! recuerdo tu nombre perfectamente. Y creo saber quién eres, pero necesito ver tu cara para salir de dudas. Manda las fotos, hermoso.
    Un fuerte abrazo.

  56. hola , escribe horrillo, (morrillo) para algunos colegas de entonces otro que pernoctaba en la nave gran capitan camareta …san quintin.me gustaria saludar a todos, en es pecial a los de la camareta,despues de salir del cuartel perdi todo contacto,nunca es tarde para recuperarlo.un abrazo a todos. cuando pueda intentare colocar fotos.

  57. LOS DEL 82,83 OS RETAMOS A……………………….. HAY CURIOSIDAD…. EH…………………PROXIMAS NOTICIAS………………EH……………. SALUDOS PARA TODOS LOS LEGIONARIOS BLANCOS.

  58. Jaaaaaaaaaa qué bueno, Marco. Barcons, claro que recuerdo… o creo recordar, el nombre sin duda, obviamente llegó a 1º al licenciarme yo. Un tío con gran corpachón, ¿verdad?

  59. Pues creo recordarte también… llegaste detrás de mí no???; si eres quien pienso estás en una foto de la nieve….ratifícamelo por favor; el tiro lo dejé hace años pero lo recuperaré porque en Salamanca hay campo…Un abrazo, LUIS.

  60. Hola Luis, te recuerdo y eso que aún no he llegado a las fotos.
    Sigues con el calibre 22?
    Quien decía «mitja volta» era el 1º Barcons que, si no recuerdo mal, era de Olot (Gerona)
    Se me saltan las lágrimas de la emoción …

  61. Vamos Paco… que te estamos esperando…

    Con tu prodigiosa memoria, seguro que estás preparando algo realmente notable…

    Un abrazo compañero.

  62. Luis… vamos a lo tuyo…

    Si te parece, como son cuestiones técnicas, lo vemos en «Organización e instrucciones»…

  63. Primero che…debemos de ser del mismo reemplazo pues a algunos de los que mencionas conozco;
    El cabo «michavolta» catalán, que acabó siendo Cabo 1º era veterano mio, catalán (en realidad recuerdo que decía «mitga volta» en su lengua, lo que hacía mucha gracia al Tte. Alba…y era abogado creo…
    A Pavía también le recuerdo…un primero reenganchado de escaso humor lo que no le resta otras virtudes sin duda…
    Fuí cabo 1º allí entre el 83 y 84 y colgué unas fotos (las fotos de Luís)…me reconoces???.
    Un abrazo, LUIS.

  64. Hola primero che…

    Seguro que Pino te contesta pronto pero mientras lo hace, permíteme darte la bienvenida…

    Seguramente encontrarás en este lugar a más compañeros, disfruta de todo lo que te ofrece y si tienes fotos o algún otro documento que nos recuerde nuestra querida Compañía, puedes compartirlos con nosotros si quieres.

    Bien venido otra vez y un saludo montañero.

  65. A la orden de usted,mi cabo Pino.He tenido la suerte de ser formado en el servicio de instruccion por usted,en el patio de la cantina,en el patio entre dicha cantina,el gimnasio,el almacen,con el cabo furriel,telefonia,radio,con el cabo maño,pequeñito pero muy chulo,si señor,las habitaciones de suboficiales,y las antiguas naves.Pernoctaba en la Nave Gran Capitan,Camareta San Quintin,con los soldados Horrillo,Vidal,Cabo «Michavolta»,Werwinp,Susin Laseosa,Cabo Risquez y conocidos como el cabo Pavia y muchos mas compañeros,que por desgracia voy olvidando sus nombres,pero no su entrañable compañia,Sargento Ontiveros,Brigada Rueda,al igual que muchos veteranos,de los que pase de ser un pobre «funil»con todas las zanahorias que me traguë,hasta «llaga»,con todo lo que me costö.Gracias a usted,mi Cabo,lleguë a sostener un CETME de los antiguos,los de madera,los buenos,sin despellejarme los dedos debido a lo congelado que estaba por el uso en el exterior,con la nieve.Ah,y tambien a saber lo que era un «campo minado» de un prado con vacas,aunque mas tarde de lo que me hubiese gustado.Saludos de un Caballero de la Legion Blanca.

  66. Amigo Paco…

    He reestructurado un poco el blog para darle más coherencia.

    Los temas que tenías en testimonios relativos al Brigada «Polla» te los he trasladado a una nueva página titulada «Algo de humor…»

    Aquí en «Testimonios», quedan mejor aquellos temas serios que recuerden y dejen de manifiesto las virtudes de nuestra Compañía…

    Espero no haberte incomodado…

    Un abrazo compañero.

  67. Estupendo Luis…

    Cuando tengas las fotos me avisas y te habilito como «editor»…

    Ya estoy saboreando tus fotos…

    Un abrazo compañero.

  68. Pino, también las espero..yo colgaré fotos (Carlos, está prometido, solo que tengo que escanear unas cuantas y tengo las fotos en mi casa de Galicia y el scanner en Salamanca).
    Si se me ocurre alguna historia / anecdota la colgarè también, solo que tengo a Pino y su prodigiosa memoria y le consultaré antes…
    Carlos, el articulo muy intimista y con un final emocionante…los ritmos y los acordes de hombres e instrumentos allí siempre funcionaban acompasadamente…
    Un abrazo a todos, LUIS.

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