La Formación de los Pirineos

CÓMO SE FORMARON LOS MONTES PIRINEOS.-

Existen numerosas versiones sobre cómo se originaron los Pirineos según la mitología clásica, pero una de las más bellas historias, sin duda, es aquella según la cual, Heracles, hijo de Zeus y uno de los más grandes héroes habidos y por haber, pues fue quien llevó a cabo los famosos «Doce Trabajos», se había enamorado ciegamente de Pirene. Ésta era una de las hijas de Atlas, jefe de los Titanes y a quien Zeus había castigado con llevar sobre sus hombros el peso de los cielos cuando los Titanes perdieron la supremacía del mundo en favor de los dioses olímpicos. Pirene rechazó a Heracles y, para evitar que la tradicional enemistad entre éste y su padre fuese a mayores por su culpa, decidió marcharse y refugiarse en un remoto lugar. En un arranque de cólera, Heracles, con su hacha, golpeó la tierra y la separó, inundando con las aguas del mar de Tetis la tierra donde vivía Atlas. A continuación marchó a buscar a Pirene y, para ello, se recorrió, nada menos, que todo el Universo. Y Pirene, que no quería ser encontrada por aquel individuo tan sumamente violento, hizo una gran pira con todos los árboles que pudo reunir y le prendió fuego. Llena de tristeza, lloró sin cesar, y de las lágrimas de sus delicados ojos se formaron innumerables lagos azules. Y murió. Cuando Heracles la encontró, calcinada, llamó a los Titanes y, juntos, la enterraron apilando enormes rocas y piedras con las cuales formaron una tremenda cordillera a la que pusieron el nombre de Pirineos en su memoria.

Sin embargo, y a pesar de la belleza de estas historias tan ingeniosas, la realidad es otra bien distinta, y no tan romántica. El sistema montañoso de los Pirineos se frormó durante las eras del Paleozoico o Era Primaria y la del Mesozoico o Era Secundaria. La primera de éstas comenzó hace unos 540 millones de años y terminó hace unos 250 millones de años (año arriba o año abajo), y la segunda finalizó unos 65 millones de años antes del presente. Ésta última fue una etapa de intensa actividad erosiva y durante ella los continentes fueron adquiriendo su actual fisonomía, además de que fue también la era en la que se empezaron a desarrollar los animales vertebrados, principalmente los reptiles y dinosuarios, así como las aves y hasta las plantas con flores o angiospermas.

Durante el Cenozoico o Era Terciara, que comenzó 65 millones de años atrás, se extinguieron los dinosuarios y aparecieron los mamíferos. Pero también comenzó a desarrollarse un fenómeno geológico al que los geólogos han denominado Orogenia Alpina. Por este fenómeno se formaron las principales cadenas montañosas de Asia y del sur de Europa: las placas tectónicas del subcotinente indio, de Cimmeria (que comprendía las actuales Turquía, Irak, Irán, Afghanistán, Tíbet e Indochina) y del sur de Europa chocaron contra Eurasia. Esto comenzó a producirse hace unos 55 millones de años y así se formaron las cadenas del Himalaya, en el este, así como las islas de Java y Sumatra. Por el oeste, unos 35 millones antes del presente, como consecuencia del empuje de la placa africana, se formaron el Atlas, los Pirineos, los Alpes, los Cárpatos, los Balcanes, etc…

Con respecto a la Península Ibérica, ésta formaba una especia de península dentro del continente Laurasia (Laurasia, en el norte, y Gondwana, en el sur, fueron los dos continentes en que quedó dividido el supercontinente Pangea a finales del Paleozoico) y se hallaba rodeada por dos brazos del mar del Thetis (que después sería el mar Mediterráneo), de los cuales el más septentrional ocupaba la actual depresión del Ebro y el otro la Depresión Bética. Durante la era del Mesozoico, las cordilleras peninsulares fueron arrasadas por la erosión y se depositaron grandes cantidades de sedimentos en estas depresiones (calizas, margas y areniscas, principalmente). En el Cenozoico, la Orogenia Alpina plegó aquellos materiales y se formaron las cordilleras béticas, la cantábrica y la pirenaica. Luego, los materiales arrancados de las montañas rellenaron las depresiones del Ebro y de la Bética y se configuró la actual fisonomía de la Península. Al final del Cenozoico se configuraron también el Sistema Central y los Montes de Toledo, y se separaron las Baleares; se formó también el estrecho de Gibraltar.

LAS GLACIACIONES.-

Durante el período Cuaternario, que es uno de los tres períodos en los que se divide la Era del Cenozoico, y que, a su vez, se dividie en dos épocas: el Pleistoceno (que comenzó hace 2’59 millones de años) y el Holoceno (hace 12.000 años), se sucedieron diversas glaciaciones, aunque hay quien considera que se trata de una sola glaciación con distintos períodos de avance y retroceso (períodos glaciares y períodos interglaciares), a cada uno de los cuales se le ha denominado de una forma diferente (en América del Norte, cada uno de estos períodos lleva el nombre del Estado en el que se encontraron depósitos de esas glaciaciones). Las glaciaciones del Cuaternario (Günz, Mindel, Riss y Würm, en Europa; Nebraska, Kansas, Illinois y Wisconsin, en América) son las únicas que se pueden identificar en el relieve actual del planeta, aunque se sabe que ha habido glaciaciones mucho más antiguas (la hipotéticamente más antigua es la Glaciación Huroniana, que ocurrió hace la friolera de 2.700 millones de años).

Las glaciaciones suelen acaecer a intervalos de entre 40.000 y 100.000 años. El período entre dos glaciaciones se llama período interglaciar, momento en el que nos encontramos en la actualidad, y se caracteriza por tener un clima mucho más cálido. Una glaciación es un período de tiempo geológico en el que las temperaturas medias de la Tierra permiten la extensión de grandes casquetes de hielo o «inlandsis» (la Antártida o Groenlandia), con espesores de hasta 4.000 m., hasta las zonas más templadas. En una glaciación, la temperatura media del planeta es de unos 10º C más baja que la media actual y el hielo se extiende por gran parte de Europa, Asia y América. Existen diversas teorías para explicar el porqué se producen, tales como determinados fenómenos astronónomicos de inclinación de la órbita terrestre o los fenómenos de las manchas solares, pero no hay una razón científicamente establecida por el momento. La última de las galciaciones, o el último de los períodos glaciares del Cuaternario, la Glaciación de Würm (o Wisconsin), comenzó hace unos 80.000 años y finalizó unos 12.000 años antes del presente, marcando el actual período geológico, el Holoceno (la última época de la era del Cenozoico, es decir, nuestra era). Los efectos más importantes de estas glaciaciones los tenemos actualmente en las extensiones de los mantos de hielo que todavía cubren amplias zonas (Canadá, Escandinavia, la Antártida, Groenlandia…) y en las huellas dejadas por los glaciares prehistóricos en las montañas.

LOS GLACIARES.-

 Un glaciar es una gran masa de nieve, hielo recristalizado y pedazos de roca acumulados en grandes cantidades sobre la superficie terrestre, que presenta evidentes muestras de dinamismo, el cual se traduce en el desarrollo de grietas longitudinales de tracción. Se producen cuando la cantidad anual de nieve que ha caído en una zona excede en gran proporción a la cantidad de hielo del mismo que se derrite en las épocas más templadas. Con temperaturas por debajo de 0º C, la nieve caída cambia su estructura y se recristaliza, formando una serie de granos de hielo, espesos y esféricos (neviza); las capas inferiores son sometidas a presiones cada más intensas y cuando éstas alcanzan varias decenas de metros, la neviza se transforma en cristales de hielo mucho más grandes. Así es como se forma un glaciar.

Hay diversos tipos de glaciares, pero a nosotros el que nos interesa es el tipo de GLACIAR ALPINO. Son glaciares normalmente pequeños que están confinados en valles de montaña. Se llaman también glaciares de circo. Tienen una elevada tasa de alimentación de nieve y una elevada velocidad de desplazamiento. Los glaciares erosionan fuertemente el terreno sobre el que se desarrollan y lo hacen mediante dos procesos: el «arranque glaciar», en el que el lecho de roca es ablandado, levantado e incorporado a la masa de hielo, y la «abrasión», por la que los materiales rocosos que se van deslizando con la masa de hielo friccionan la superficie, alisándola y puliéndola. Uno de los efectos más llamativos que dejan los glaciares son los «derrubios», o conjunto de fragmentos de roca de diferentes tamaños que han sido transportados por el glaciar y depositados finalmente sobre la superficie; los grandes bloques de rocas que aparecen en una zona y que son diferentes del lecho de roca sobre el que están situados se llaman «bloques erráticos», como los grandes bloques pétreos que se pueden ver antes de llegar al Túnel de Viella. Las «morrenas» son los terraplenes sobre los que se acumulan los derrubios y los sedimentos glaciares, y por los Pirineos hay también muchas muestras; algunas veces llegan a formar lagos o ibones.  La parte del glaciar en la que se produce la fusión del hielo y la nieve se llama «zona de ablación».

Otro elemento importante de la huella de los glaciares y del que también hay sobradas muestras por todo el Pirineo central, son los «circos glaciares»», cabeceras a modo de anfiteatros montañosos que están rodeadas por paredes escabrosas y verticales por todos los lados excepto por uno, el de la salida propia del glaciar. Son bien conocidos el Circo de Colomers, en Lérida, o el de Pineta, en Huesca.

Pero la mejor huella que han dejado los grandes glaciares del Cuaternario son, sin duda, los llamados «valles glaciares» o valles en forma de U, que se caracterizan por tener unas paredes muy verticales y unos fondos amplios y planos. Por estos valles discurrían las lenguas de hielo de los glaciares que al erosionar las paredes los ensanchaban y arrastraban sedimentos, generando morrenas de fondo, laterales y frontales. Hoy en día, por esos valles suelen discurrir ríos que han excavado el terreno retocando su perfil. Se dan también casos de valles glaciares situados a mayor altura que el valle principal y que son como antiguos afluentes de hielo del glaciar principal: son los llamados «valles colgados».

Otra muestra importante son los «puertos de montaña», que eran la divisoria que separaba a dos glaciares y se hallaban situados entre los circos. La erosión ocasionada por los hielos creó las profundas gargantas y, posteriormente, sus partes más elevadas pudieron ser utilizadas por el hombre como pasos y rutas entre montañas.

LOS ULTIMOS CAMBIOS CLIMATICOS.-

Acerca del tan manido tema del actual calentamiento global de la atmósfera, aunque parezca mentira, no hay todavía unanimidad científica en lo que se refiere a las causas del mismo, pues dentro de la propia comunidad científica hay quien considera que éste es debido única y exclusivamente a la acción del hombre y también quien opina que los cambios en la climatología son cíclicos y naturales y se han dado más de una vez en la historia. Se suelen considerar dos períodos climatológicos importantes que han tenido lugar en los últimos doce siglos y que han influido sobremanera en la situación de los glaciares peninsulares.

El primero de estos períodos es el denominado OPTIMO CLIMATICO MEDIEVAL, el cual ha sido estudiado a través de fuentes documentales y arqueológicas. Éste fue un período algo más cálido de lo normal, dentro de lo cálida que es la época del Holoceno en comparación a la precedente del Pleistoceno (durante el Holoceno, algunas especies de animales, como el Homo Sapiens Sapiens -o sea, nosotros- pudieron prosperar; no hay que olvidar que el Neolítico es la época en la que produce la primera de las grandes Revoluciones humanas: la agrícola). El Óptimo Climático Medieval tuvo lugar entre los siglos IX y XIII de nuestra era y, según algunos estudios, se considera que durante época la temperatura media del planeta tuvo un repunte importante. Se estima que fue de alrededor de 1º C más alta que la media actual, y que este aumento fue suficiente para que se terminaran de fundir lo que quedaba de los glaciares del Cuaternario, incluso los de los Pirineos.

El siguiente período es el llamado PEQUEÑA EDAD DEL HIELO. Se trata de un período frío con una media cercana a -1º C, que abarca desde el siglo XIV hasta el XIX. Se ha constatado, por ejemplo, que el avance de los glaciares en los Alpes suizos afectó a numerosas aldeas; que el río Támesis sufrió muchas heladas durante los inviernos; y que lo mismo ocurrió con el río Ebro, que entre los años 1505 y 1789 se heló, por lo menos, en nueve ocasiones. Como causas principales de este fenómeno se consideran dos: por un lado, una disminución de la actividad solar, constatada por medio de los niveles de carbono-14 y berilio-10; por el otro, un aumento inusitado de la actividad volcánica, quedando seriamente afectada la entrada de radiación solar en el planeta.

Según las estimaciones de algunos científicos, los glacires de los Pirineos son, más bien, una herencia de esta Pequeña Edad del Hielo, hecho que está atestiguado en la observación geológica de la morrenas laterales de aquella época en casi todos los glaciares.

En unos estudios realizados por la Universidad de Valladolid, se han podido reconstruir cuatro fases en la formación de los glaciares durante la Pequeña Edad del Hielo: una primera de gran expansión glaciar, que en los Pirineos culmina a mediados del XVII; otra de retroceso, hasta comienzos del XIX; una tercera de nuevo avance, aunque mucho menor; y, por último, una de fuerte recesión que ha convertido a la mayoría de los glaciares de los Pirineos en heleros y ha hecho desaparecer definitivamente a los de los Picos de Europa. A partir del año 1980, los glaciares pirenaicos inician un claro retroceso, se empiezan a separar las morrenas frontales y a iniciarse un proceso de derrubiamiento.

Con respecto a los glaciares de los Pirineos, según otro estudio patrocinado por la organización Greenpeace en 2004, de una superficie total de 1.779 ha. en 1894 se ha pasado a tan sólo 290 ha. en 2000, es decir, un 85% menos de superficie glaciada en poco más de un siglo. Además, de un total de 27 glaciares y 9 heleros en el año 1980, para el mismo 2000 (20 años después) se pudieron contabilizar sólo 10 glaciares y 7 heleros, de los cuales 3 son glaciares rocosos (masa dinámica formada a base de sedimentos y derrubios congelados con hielo intersticial, que constituye el indicador principal del permafrost). Finalmente, con los datos y los indicadores de que actualmente se dispone, se estima que los glaciares que aún quedan en los Pirineos desaparecerán definitivamente hacia mediados del actual siglo.

Por último, y como dato curioso, hay que indicar que los glaciares pirenaicos, debido a su singularidad por ser los únicos que quedan en la Península y ser los más meridionales de Europa, fueron declarados Monumentos Naturales por las Cortes de Aragón en 1990.

MACIZOS ARAGONESES CON GLACIARES ACTIVOS.-

MACIZO DE INFIERNOS:

Está situado cerca de Panticosa, entre los valles de Pondiellos y Calderés, en el Valle de Tena. Se trata de tres picos: Infiernos Norte, 3.073 m.; Central, 3.082 m.; y Oriental, 3.076 m. Por encima de los 2.700 m. existen dos aparatos glaciares activos: un pequeño glaciar de unas 6 ha. en el Central, con algunas grietas de tracción; y un helero en el Oriental, de apenas 1 ha. (un helero es un glaciar degradado y sin movimiento).

MACIZO DEL MONTE PERDIDO:

Ubicado en el Parque Nacional de Ordesa y en la cabecera de los ríos Arazas (Valle de Ordesa) y Cinca (Valle de Pineta). Lo componen los picos de Monte Perdido, 3.355 m.; Marboré, 3.252 m.; Cilindro, 3.325 m.; y Pico Añisclo, 3.245 m. En la cara norte del Monte Perdido es donde se encuentra uno de los complejos glaciares mejor conservados del Pirineo. Por encima de los 2.600 encontramos el glaciar Inferior del Monte Perdido (33 ha.) y el Superior (5 ha.), así como el glaciar del Marboré (43 ha.) y los tres heleros (Occidental, Central y Oriental), también del Marboré.

POSETS:

Compuesto por el pico Posets, o Punta Llardana, 3.369 m. (el segundo pico más alto de los Pirineos); el Posets Norte, 3.325 m.; el Pico de Los Gemelos, 3.176 m.; y Espadas, 3.322 m., el macizo domina los valles de Cinqueta (cuenca del Cinca), Estós y Aigüeta de Eriste (cuenca del Ésera). El aparato glaciar se halla por arriba de los 2.800 m. y se compone del glaciar de Llardana (9 ha.) y el de La Paúl (8 ha.), además del helero del Posets Norte (1 ha.).

MACIZO DE LA MALADETA:

Es el mejor conservado y más extenso de todo el pirineo. Se halla en el valle del río Ésera o Benasque. La Maladeta presenta orientacón este-Oeste. Sus crestas están conformadas por granito, material muy duro y resistente a la erosión. El macizo lo forman el Aneto, 3.404 m.; el Pico Maldito, 3.350 m.; el pico Maladeta, 3.308 m.; el Alba, 3.118 m.; Tempestades, 3.278 m.; y el Pico Russell, 3.205 m. Por encima de los 2.800 m. se localizan el glaciar del Aneto (69 ha.), el más extenso de los Pirineos, aunque desde los años ochenta haya perdido  38 ha.; el glaciar de Barrancs (7 ha. en 2006, frente a 22 en 19981); el de Tempestades (9 ha. en 2006; 29 en 1981); y el antiguo glaciar de Coronas, hoy helero (2 ha.). Es importante destacar que todos los glaciares de este macizo, al igual que ocurre en el resto de los macizos pirenaicos, se encuentra en una situación claramente regresiva. La extensión actual de la masa de hielo en el macizo de la Maladeta es de 125 ha., un 52% menos de la que había en el año 1981.

Fuentes:

Wikipedia; Evolución de la Península Ibérica (Geoiberia.com); Desaparición de los Glaciares Pirenaicos Españoles (Greenpeace, doc. PDF);  Los Glaciares del Pirineo Aragonés (Dpto. de Geografía de la Universidad de Zaragoza; doc. PDF); Reconstrucción de la Pequeña Edad del Hielo (Servicio de Información y Noticias Científicas);  Formación de los Pirineos (MSN, Encarta); Evolución Geológica de la Península Ibérica (doc. PDF); Óptimo Climático del Holoceno (Biology Cabinet); Pequeña Edad del Hielo (telefonica.net); Circos Glaciares (pirineo.com); Glaciares de los Pirineos (Boletín Glaciológico Aragonés).

Paco Iranzo.

9 comentarios en “La Formación de los Pirineos

  1. Pues efectivamente, Antonio, a mi me pasa algo parecido. Hace poco leí un artículo en el que se decía algo así como que muchas veces, desde los aparatos del poder, se crean intencionadamente líos y problemas donde antes no los había para que los pobrecicos ciudadanos de a pie, que además somos los que pagamos, creamos que nuestros políticos son imprescindibles y que no podemos vivir sin ellos. Y que vivir es mucho más fácil de lo que nos quieren hacer creer. Y yo, cada día que pasa, estoy más de acuerdo con esta idea.

  2. Paco enhorabuena, una informacion fantastica y muy enriquecedora.
    Es curioso con la cantidad de informacion que se esta dando sobre el cambio climatico, lo deformes y variopintos que pueden ser los analisis segun en el contexto que se situen, esto me ha dado otra vision completamente diferente de la que podia tener hasta ahora.
    Muchas gracias, eres un currante nato.

  3. Santiago, me parece muy gracioso lo de que la llaga legendaria se transforma «graciosamente». Y sobre lo del proyecto, vamos a ver si alguna otra «graciosa» llaga se apunta también y lo organizamos.

  4. Collar, Iranzo; que sepais que la llaga legendaria ni se crea ni se destruye, sino que graciosamente se transforma, así que no esta ni muchísimo menos demostrado que su origen sea el Cenozoico ese.
    Iranzo, el proyecto de que hablas me parece estupendo.

  5. Muchas gracias, Ignacio.

    Muchas gracias, Gonzalo. Ahora ya sabemos cuándo empieza nuestra historia. Si cuando se habla de llagas legendarias es por algo…

    Se me ha ocurrido que en este blog y en la futura página web no puede faltar una «Historia del Valle de Arán» o, mejor dicho, un «Valle de Arán a través de la Historia». ¿A alguna «llaga legendaria» le apetecería colaborar en tan magnánima empresa buscando documentación a través de la red y dándole forma a la redacción? Mi correo es: ultrapacoma@yahoo.es

    Un saludo.

  6. Muy interesante Iranzo. Se nota que eres un enamorado de la ciencia, … y de la montaña. Está muy bien conocer las cosas que apreciamos, por que nos hacen quererlas más. Gracias, saludos y taconazo.

  7. Siempre se aprende algo o se obtiene un dato nuevo. Ved un ejemplo: «…Durante el Cenozoico o Era Terciara, que comenzó 65 millones de años atrás, se extinguieron los dinosuarios y aparecieron los mamíferos…» Lo cual indica que la primera llaga se remonta como mucho al Cenozoico.
    Gracias, Iranzo. El artículo lo he devorado ávidamente. Nos estamos haciendo con una pequeña enciclopedia de nuestras cosillas, pero que ya es muy valiosa.

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